El tema aquí es que la maquinaria de marketing política que tenemos como gobierno entiende muy bien el comportamiento humano.
Saben que cuando hay que hacer campaña necesitan un propósito y un enemigo.
El enemigo en realidad era la costumbre y la mentalidad de la sociedad que se había construido hasta el momento, pero eso era muy ambigüo y no podías decirle a todo el mundo que todo el mundo era culpable.
Así que mejor buscaron un enemigo que sabía que no le iba a dar problemas.
El hombre fuerte, masculino e independiente a toda la morralla que inventan.
Por eso los que estamos al otro lado de toda la sarta de estupideces que llevan contando hemos permanecido imperturbables.
Imperturbables hasta que nos han tocado los cojones.
El verdadero hombre masculino (los tóxicos no lo son) lucha por un propósito. Cuando las tonterías que se dicen por ahí no afectan a ese propósito el hombre permanece inalterable.
Cuando tocan ese propósito cuidao'.
Esa masculinidad es la que ha soportado guerras, hambrunas, torturas y penurias de las que ha resurgido.
Olé por poner por escrito en un espacio público lo que creo que muchos pensamos, aunque haya lobbies muy ruidosos queriendo hacernos creer que su opinión es la opinión de la mayoría.
Yo, como mujer heterosexual, quiero a un hombre masculino como compañero de vida (y por suerte, lo tengo). Un hombre que sea maduro, responsable y buena persona, evidentemente, pero eso son características que busco en todas las personas de mi entorno, no exclusivamente en el hombre que elijo como pareja.
Secundo todo lo que compartes en este artículo, y también lo que comenta Inés en su comentario.
No había encontrado nada similar antes aquí en Substack, la verdad es que sí estoy de acuerdo en muchas cosas que dices. Soy de Perú, aquí en mi país ya están dando hace años cursos de nuevas masculinidades, financiadas por el estado y Ong. Y ese término nuevas masculinidades me vuela la cabeza. Tengo un hijo varón, y su masculinidad, que se forma en mi familia con la principal influencia de mi esposo, es algo que no quiero que sea tergiversado por entes externos. Yo lo crío para que se haga cargo de actividades caseras acorde a su edad, para que respete a las personas de su entorno y lo crío en la fe. No quiero que nadie lo confunda desde afuera cuando a mi me está costando tanto esfuerzo sentar bases sólidas, porque criar a un niño en estos tiempos es muy retador. Pero aquí estamos. Gracias por escribir algo tan sincero.
Hay que educar a hijos funcionales, no enseñarles a ser hombres. Lo que significa ser hombre lo va a aprender una parte por su propia experiencia, otra por su rol de referencia como es su padre y otra la trae en su ADN. Todo lo demás se llama terapia de reconversión.
Muy de acuerdo con tu enfado. Se tiende a polarizar sin ir a lo profundo, para comprender y ayudar. Sí, también hay muchas mujeres con exceso de energía masculina y no se sienten bien. Les cuesta desconectar, viven en la eterna comparación y en la excesiva autoexigencia. Y sí, los hombres estáis estigmtizados y parece que no sois "hombres" si no proveeis en todos los sentidos, y obviamente no es justo. De lo que se trata es de buscar el equilibrio entre la energía masculina y la femenina, tanto hombres como mujeres, porque todos tenemos ambas energías. ¿Cómo se consigue? Siendo consciente de cuándo necesitas parar y ocuparte de atender tu mundo interior, y cuándo accionar y comerte el mundo. Un abrazo.
Y en abrazar lo que eres y entender que la combinación con la energía del otro polo es lo que te hace crecer y no ponerte frente a ella. Se necesitan las dos para sentirte totalmente completo. O, al menos, es mi experiencia.
Ambas energías nos habitan a todos y entran en acción cuando es necesario, esa es la maestría. Desde mi experiencia vital y mi práctica profesional veo demasiada polaridad, cuando el ser humano es un ser holístico con multitud de recursos internos para autogestionarse, tanto en el accionar como en la gestión emocional. Se debería prestar más atención a lo emocional en los hombres, para cultivarlo y ejercitarlo sin burlas ni estereotipos trasnochados.
Un tema muy interesante y me alegro que sea algo de lo que se hable en una publicación de paternidad. Está claro que los medios están siguiendo una agenda política, la misma que en los espacios educativos, en que parece que hay que erradicar todo lo masculino… llegando a sentir culpables a los hombres de ser hombres. Y claro, llega cualquier fecha señalada y ya están los chicos diciendo: “otra vez con lo de que los hombres son malos.” Este discurso tiene algo perverso escondido que hace que aún nos separe más… ¿por qué será?
Desde un punto de vista espiritual, la energía masculina y femenina existe en todos nosotros, hombres y mujeres, y las dos se complementan y nos guían. Pretender de tachar a una como tóxica es cuánto menos alienador.
Gracias por sacar este tema. Estudié un máster en estudios de género y frecuenté espacios llamados feministas hasta que poco a poco me di cuenta que también son espacios tóxicos y destructivos. El mal llamado fenómeno de “deconstruirse”va más allá de culpar al otro de todos tus males.
Está claro Óscar.
El tema aquí es que la maquinaria de marketing política que tenemos como gobierno entiende muy bien el comportamiento humano.
Saben que cuando hay que hacer campaña necesitan un propósito y un enemigo.
El enemigo en realidad era la costumbre y la mentalidad de la sociedad que se había construido hasta el momento, pero eso era muy ambigüo y no podías decirle a todo el mundo que todo el mundo era culpable.
Así que mejor buscaron un enemigo que sabía que no le iba a dar problemas.
El hombre fuerte, masculino e independiente a toda la morralla que inventan.
Por eso los que estamos al otro lado de toda la sarta de estupideces que llevan contando hemos permanecido imperturbables.
Imperturbables hasta que nos han tocado los cojones.
El verdadero hombre masculino (los tóxicos no lo son) lucha por un propósito. Cuando las tonterías que se dicen por ahí no afectan a ese propósito el hombre permanece inalterable.
Cuando tocan ese propósito cuidao'.
Esa masculinidad es la que ha soportado guerras, hambrunas, torturas y penurias de las que ha resurgido.
Contra esa gente no se puede ganar una lucha.
Correcto, se demoniza y luego se le pide ayuda.
Olé por poner por escrito en un espacio público lo que creo que muchos pensamos, aunque haya lobbies muy ruidosos queriendo hacernos creer que su opinión es la opinión de la mayoría.
Yo, como mujer heterosexual, quiero a un hombre masculino como compañero de vida (y por suerte, lo tengo). Un hombre que sea maduro, responsable y buena persona, evidentemente, pero eso son características que busco en todas las personas de mi entorno, no exclusivamente en el hombre que elijo como pareja.
Secundo todo lo que compartes en este artículo, y también lo que comenta Inés en su comentario.
Gracias!
Muchas gracias por parte a contármelo, me alegra saber que no estoy solo.
No había encontrado nada similar antes aquí en Substack, la verdad es que sí estoy de acuerdo en muchas cosas que dices. Soy de Perú, aquí en mi país ya están dando hace años cursos de nuevas masculinidades, financiadas por el estado y Ong. Y ese término nuevas masculinidades me vuela la cabeza. Tengo un hijo varón, y su masculinidad, que se forma en mi familia con la principal influencia de mi esposo, es algo que no quiero que sea tergiversado por entes externos. Yo lo crío para que se haga cargo de actividades caseras acorde a su edad, para que respete a las personas de su entorno y lo crío en la fe. No quiero que nadie lo confunda desde afuera cuando a mi me está costando tanto esfuerzo sentar bases sólidas, porque criar a un niño en estos tiempos es muy retador. Pero aquí estamos. Gracias por escribir algo tan sincero.
Hay que educar a hijos funcionales, no enseñarles a ser hombres. Lo que significa ser hombre lo va a aprender una parte por su propia experiencia, otra por su rol de referencia como es su padre y otra la trae en su ADN. Todo lo demás se llama terapia de reconversión.
Muy de acuerdo con tu enfado. Se tiende a polarizar sin ir a lo profundo, para comprender y ayudar. Sí, también hay muchas mujeres con exceso de energía masculina y no se sienten bien. Les cuesta desconectar, viven en la eterna comparación y en la excesiva autoexigencia. Y sí, los hombres estáis estigmtizados y parece que no sois "hombres" si no proveeis en todos los sentidos, y obviamente no es justo. De lo que se trata es de buscar el equilibrio entre la energía masculina y la femenina, tanto hombres como mujeres, porque todos tenemos ambas energías. ¿Cómo se consigue? Siendo consciente de cuándo necesitas parar y ocuparte de atender tu mundo interior, y cuándo accionar y comerte el mundo. Un abrazo.
Y en abrazar lo que eres y entender que la combinación con la energía del otro polo es lo que te hace crecer y no ponerte frente a ella. Se necesitan las dos para sentirte totalmente completo. O, al menos, es mi experiencia.
Ambas energías nos habitan a todos y entran en acción cuando es necesario, esa es la maestría. Desde mi experiencia vital y mi práctica profesional veo demasiada polaridad, cuando el ser humano es un ser holístico con multitud de recursos internos para autogestionarse, tanto en el accionar como en la gestión emocional. Se debería prestar más atención a lo emocional en los hombres, para cultivarlo y ejercitarlo sin burlas ni estereotipos trasnochados.
No puedo estar más de acuerdo!
Un tema muy interesante y me alegro que sea algo de lo que se hable en una publicación de paternidad. Está claro que los medios están siguiendo una agenda política, la misma que en los espacios educativos, en que parece que hay que erradicar todo lo masculino… llegando a sentir culpables a los hombres de ser hombres. Y claro, llega cualquier fecha señalada y ya están los chicos diciendo: “otra vez con lo de que los hombres son malos.” Este discurso tiene algo perverso escondido que hace que aún nos separe más… ¿por qué será?
Desde un punto de vista espiritual, la energía masculina y femenina existe en todos nosotros, hombres y mujeres, y las dos se complementan y nos guían. Pretender de tachar a una como tóxica es cuánto menos alienador.
Gracias por sacar este tema. Estudié un máster en estudios de género y frecuenté espacios llamados feministas hasta que poco a poco me di cuenta que también son espacios tóxicos y destructivos. El mal llamado fenómeno de “deconstruirse”va más allá de culpar al otro de todos tus males.
Qué alegría leerte, por ser mujer y por tu experiencia académica.
A mí, ciertos ambientes estilo guetto como los que hablas me echan para atrás y tengo muy mala experiencia con ellos. Gracias por pasarte 🙏
Grande.