Por si Papá no está ✖

Por si Papá no está ✖

Share this post

Por si Papá no está ✖
Por si Papá no está ✖
Una sociedad que NO QUIERE NIÑOS

Una sociedad que NO QUIERE NIÑOS

Los niños no son pequeños adultos

Avatar de Óscar Martín
Óscar Martín
may 20, 2025
∙ De pago
3

Share this post

Por si Papá no está ✖
Por si Papá no está ✖
Una sociedad que NO QUIERE NIÑOS
1
Compartir

Hace unas semanas os expliqué los tipos de errores que ocurren y cómo escoger “buenos errores”, que, en resumen, eran los que implicaban una alta recompensa en caso de acierto y una baja consecuencia en caso de fallo.

Ese análisis es muy aplicable a nosotros, como adultos, porque tenemos una capacidad de análisis y raciocinio (aunque algunos no lo parezcan) que nos permite discernir entre errores.

Pero con un niño la cosa no funciona así.

Ellos ven una King Cobra y lo mismo les da por acariciarle la cabeza o salir corriendo sosteniendo un cuchillo en el pecho.

No hay filtro.

Por eso, hay que ser implacables cuando nuestro hijo esté haciendo algo que sale de su esfera de niño.

Pero hay un comportamiento que estoy detectando desde hace un tiempo hacia acá que me parece igual de peligroso.

Somos también implacables con comportamientos que se presuponen que son de niños.

Respondemos con el mismo estrés, autoridad y alerta cuando un niño intenta cruzar una calle sin mirar que cuando no se quiere sentar en una silla en un bar para comer y prefiere estar de pie.

Generamos una situación traumática al mismo nivel que una situación de peligro de muerte que de un comportamiento infantil.

Y, en mi manera de entender la crianza, es un error.

En una tertulia que escuché en el podcast Antifrágil dijeron una frase que resume perfectamente mi postura con los límites de permisividad con comportamientos de un hijo, interpretada por mí decía algo así:

“Somos muy duros con nuestros hijos en comportamientos que no ponen en peligro al niño y poco duros en comportamientos que ponen en peligro al niño.”

Llevado a tierra.

Reaccionamos con una vehemencia extrema (o muchos lo hacen, porque todos lo vemos) ante comportamientos inherentes del niño, como puede ser hablar alto en público, subirse a un muro que creemos peligroso o no querer comerse el menú que toca y no el que él quiere y, de la misma manera o al mismo nivel, con comportamientos que, realmente, pueden poner en peligro el bienestar de nuestro hijo.

Nos olvidamos en demasiadas ocasiones lo que significa ser un niño y que hay comportamientos que son NECESARIOS en según qué etapas.

El niño necesita descubrir que no se debe gritar en un lugar público donde puede molestar a otras personas.

¿Cómo lo hace? ¿Leyendo un libro? ¿Analizando el comportamiento de los demás? ¿Por ciencia infusa?

No. Lo descubre gritando. Viendo hasta qué volumen se entiende por grito y cuando es charla (¿o nunca te han dicho a ti mismo que bajaras el volumen porque te habías puesto a casi gritar sin darte cuenta?) y siendo corregido.

No una vez. No, el aprendizaje no se adquiere cuando te corrigen una sola vez, lo adquieres cuando lo has experimentado y has sido corregido en multitud de ocasiones.

Pero corregir no es abroncar, no es castigar, es acompañarlo con la mano de nuevo al camino, esperando que se salga de nuevo al poco rato.

Y ese ejemplo lo podemos llevar a otros tantas áreas que son cosas de niños

  • Caerse de la bici.

  • Ir corriendo y que se de un golpe con alguien por no mirar.

  • Preferir comer pizza a acelgas.

Todo eso pertenece al círculo de cosas de niños.

Si eres un padre consciente y quieres criar a tu hijo de una manera diferente al resto, quédate por aquí.

Y, ¿Qué pasa si reaccionamos igual ante un niño que no quiere volver del parque a su casa o que está a punto de haber sido atropellado por un camión?

Los estudios psicológicos y los expertos coinciden en lo mismo:

Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días

Suscríbete a Por si Papá no está ✖ para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.

Already a paid subscriber? Iniciar sesión
© 2025 Óscar Martín
Privacidad ∙ Términos ∙ Aviso de recolección
Empieza a escribirDescargar la app
Substack es el hogar de la gran cultura

Compartir