Una de las máximas cuando tienes hijos es no cagarla con errores que puedan llegar a ser fatales.
Los hijos son expertos en ponerse en situaciones donde su vida corre peligro.
De hecho, creas un sexto sentido que, en muchas ocasiones, juega en tu contra, como por ejemplo un super oído que te hace levantarte mil veces por la noche con micro despertares, una veces porque el chiquillo tose y otras porque cruje la puerta.
De ahí que sea el máximo accionista de RedBull a esta fecha.
Yo he sido de equivocarme mucho, de hecho soy un ferviente creyente de que lo que hacemos normalmente es vivir en una cadena infinita de errores y lo que nos hace sobrevivir son golpes de aciertos que nos meten en la vía de nuevo.
Pero, ahora, con niños, el tema de cometer un error coge una dimensión diferente.
Ahora sopeso mis decisiones en base a los errores en tres grupos.
LA RULETA RUSA
Son errores donde, normalmente, las posibilidades de fallar son bajas, a veces, hasta insignificantes, pero con que una sola vez salga cruz las consecuencias son fatales.
Que el niño cruce la calle en una zona residencial sin mirar, sería raro que pasara un coche y más a cierta velocidad, pero con que pasara solo una vez… fatalidad.
Son los errores que intento evitar al 100% pero a la vez son los más difíciles de gestionar porque la gran tasa de acierto y de que no pase nada te hace bajar la guardia.
LA SUERTE ECHADA
Estos errores suelen ser los más repetidos en el día a día.
Errores y aciertos se compensan continuamente. Es como lanzar una moneda al aire en el sorteo de campo de un partido de futbol, va a salir cara o cruz tendente al empate, sobre todo, si tiras las veces suficientes.
Es el tipo de estado en el que sientes que vas por rachas.
“Todo me sale bien” “No levanto cabeza” son las frases más típicas cuando vives dentro de esta fase.
No tienen una consecuencia definitiva, ni el error ni el acierto, pero puede desbalancearse hacia cualquiera de los lados de manera repentina.
De pronto, empiezas a encadenar error tras error y resulta que, para volver al estado anterior en el que estabas, necesitas una racha de buenas decisiones que totalmente desproporcionada.
Ocurre mucho en el mundo del trading.
La gente cree que si pierdes un 10% en una inversión, necesitas otro 10% para volver donde estabas, y esto no es cierto.
Para recuperarte de una pérdida necesitas más esfuerzo del que te ha llevado a ese lugar.
Aquí es donde vive la gran mayoría de personas.
Sin ningún plan trazado, solo a base de rachas.
EL EUROMILLÓN
Es cuando el error o fallo es lo más habitual pero es muy asumible o, al menos, el impacto económico y mental no nos repercute de manera fuerte, pero con solo un acierto, la recompensa es astronómica.
Por menos de 10 euros puedes jugar al Euromillón y vas a fallar en el 99,99% de las ocasiones, pero teniendo suerte una sola vez tienes varias generaciones con la vida resuelta.
Por ejemplo, en llamadas de venta a “teléfono” frío ocurre algo parecido. Si vendes un servicio de 1.000 euros y llamas 100 veces en un día y cierras una sola venta el impacto de cada “no” recibido ha sido mínimo y ha valido la pena respecto a la recompensa de ese nuevo cliente.
De hecho, cada “no” sería como si te estuvieran regalando 10 euros, pero sobre esto hablaremos otro día.
Claro, lo suyo sería un sistema que hiciera que consiguiera más de los aciertos de estilo euromillón y menos de los errores fatales.
Pues lo tengo y es un sistema que puedes empezar a usar hoy mismo
Lo mismo en unas semanas esto que vas a ver aquí abajo solo lo pueden leer El Club de los Papás.
¿CÓMO EVITAR LOS ERRORES MALOS Y VIVIR EN LOS BUENOS?
1 - NO SER INDIFERENTE
Los errores de ruleta rusa solo pueden evitarse no bajando la guardia nunca. Tú los conoces, yo los conozco, y diariamente cometemos errores que, a priori, no tienen consecuencias pero que sabemos que podrían haberlas tenido.
Si mi hijo cruza la calle corriendo hoy y no pasa nada, no puedo hacer como si no hubiera pasado.
Tengo que crear un sistema para asegurarme que no se repite ni una sola vez más (salir yo primero por la puerta, agarrarlo siempre de la mano, llevarlo en brazos).
Hubo un tiempo que llevaba claves de importancia en la cartera, me dejé en varias ocasiones la cartera en varios sitios y nunca pasó nada. Una sola vez que hubieran hecho uso de las claves y me hubieran jodido bien.
Desde entonces uso un gestor de contraseñas con una clave de 20 caracteres.
2 - ANALIZAR PATRONES
Los errores de moneda al aire parecen aleatorios pero tienen siempre un hilo conductor.
Analiza qué patrones se repiten cada vez que cometes un error y un acierto.
Quizás se repite tu estado de ánimo, o que sigues el consejo de un tercero o que siempre se repiten en el mismo área (amor, finanzas, salud) pero luego no ocurre en otras.
Aquí hay que hacer un acto de sinceridad grande con uno mismo y buscar en las profundidades de nuestras decisiones todo lo que no vemos a simple vista.
¿La finalidad? Eliminar todo aquello que se repite en los errores y repetir todo aquello que se repite en los aciertos para girar la balanza a donde nos interesa.
3 - VE A VOLUMEN
Volvemos a lo mismo.
Analiza esas decisiones donde tienes micro fallos que te causan un impacto negativo grande pero que has experimentado que, cada X intento, tienes un retorno que te llena por completo.
Puede ser el ejemplo de las llamadas en frío que te he comentado.
Puede ser el pedirle una cita a cada chica que te encuentres en la discoteca.
O buscar oro en la orilla del río.
Pero recuerda que debes haber experimentado alguna vez ese retorno, ese acierto, si no, lo que estaríamos hablando es que estás teniendo un acto de fe.
Que no digo que esté mal, pero no deja de ser fe.
Y una vez que detectes esa decisión, repite ese comportamiento todo lo que puedas.
Ve a alto volumen.
Empezarás a tener esos aciertos más a menudo y, de la simple repetición, irás perfeccionando la técnica para minimizar errores.
Ir a volumen es una técnica que ha funcionado desde que el mundo es mundo.
Aquello de Zuckerberg estando 18 horas programando Facebook o Musk diciendo que los empleados de DOGE se tiran 120 horas a la semana buscando pérdidas de dinero público.
Sí, es una inversión en recursos grande (sobre todo tiempo) pero la contraparte puede (o debe) ser muy jugosa.
Prueba y me dices.
No haber cerrado la anterior empresa antes.
De todo se aprende, eso sí.