Hola, Nico. Hola, Aurora.
Desde pequeños se ve claro.
A Nico no le cuesta nada hacer caca, lo disfruta, te pide con alegría que lo acompañes y que lo limpies.
Aurora es lo contrario. Le cuesta bastante, es algo traumático para ella y hasta limpiarle es un mal trago.
Defecar. Hacer de vientre. Visitar al Señor Roca. Liberar a Willy. Soltar un leño. Echar Avecrem al caldo. Soltar lastre. Pintar a pistola. Poner un huevo. Asomar el hocico.
Tiene nombres mil.
Vuestra madre siempre me echa en cara que voy mucho y que estoy demasiado tiempo dentro.
Pero no es algo que yo haga conscientemente, es algo que cada hombre llevamos en el ADN.
Ahora podría ponerte por aquí algún estudio sesudo sobre hormonas, tránsito más lento en mujeres, el efecto de la progesterona, la ayuda del ejercicio físico o cualquier historia que respaldara mi teoría, pero creo que mi teoría pesa más que cualquier cuestión biológica.
El hombre va más al baño que la mujeres porque estamos muy atados a nuestros rituales.
Ir al baño es un ritual, como la forma en la que te vistes o por donde empiezas a ducharte.
El hombre puede ir al baño aunque no tenga ganas, por si acaso, y solo para cumplir con el ritual de ir sobre la misma hora y cumplir con el que cada uno tenga (unos leer, otros jugar).
Necesitamos cumplir con lo que toca en cada momento y hacerlo exactamente igual.
Pero esto no se queda solo en el acto de cagar.
Somos esclavos de nuestros rituales.
Cuando un hombre va a un restaurante al que ya ha ido antes raramente se pedirá algo distinto a lo que le gustó la anterior vez.
Si nos gusta un estilo de camiseta podemos comprarnos la misma durante años únicamente cambiando el color y, de ser posible, habiéndonosla probado una sola vez en la vida, la primera.
Si un día entramos en un peluquero random y nos gusta, allí iremos hasta el día que nos muramos o nos quedemos sin pelo.
Lo que llegue antes.
Algunos incluso siguen yendo al que les llevó su madre de pequeño.
Si pudiéramos seguir yendo al pediatra lo haríamos.
Los rituales forman parte de nuestra vida, de nuestra manera de hacer las cosas.
Por eso nos jode o nos pone de mal humor si ocurre algo que no predecimos y que nos estropea nuestro ritual.
Visita en casa, que descataloguen algo o se acaben se acaben las pilas del mando en el momento menos adecuado.
Somos animales, lo reconocemos.
Y también cagamos mucho.
Os quiero hijos.
Llevo 10 años desayunando lo mismo todos los días de curro.
Avena+plátano+leche.
Un día que me siento especial le añado miel.
Preparado del día anterior.
Lo llevo al curro y lo tomo delante del PC. Siempre.