Hola, Nico. Hola, Aurora.
Vuestro padre lo ha vuelto a hacer.
Mira que me digo “no entres, Óscar” mil veces cada vez que entro a la red social de turno, pero es ver una publicación sobre paternidad y leer los comentarios y se me va el dedo como a ET con su novia.
Esta vez tocó en un vídeo de un podcast donde una chica (que me perdone pero no doy para tanto) hablaba sobre que “la paternidad impacta de una manera bestia en el hombre” “¿Cómo encarna ese rol? ¿Cómo se construye?”.
Hasta ahí todo bien y entendible.
El hombre debe ser corresponsable (como no puede ser de otra manera) de la crianza de sus hijos y debe adaptarse a un rol para el que NO esta preparado porque no ha tenido un rol (como el que se requiere ahora) donde fijarse.
La solución de la chica es “Joder, pues móntate un grupo de padres donde aprendáis, ¿No habéis montado el patriarcado (yo creo que me perdí aquella votación), pues montaros una asociación.”
Aplauso lento.
Entonces, comenté:
Hice un drop mic y me fui a dormir.
Cuando me levanté, decenas de mujeres (algunas madres, otras no) se habían tirado a mi cuello para cortarme en pedazos y darme de comer a los patos.
Insultos, mansplaining (curioso), condescendencia y otras lindezas, pero os dejo algunos que me hicieron gracia.
Paro aquí porque podríamos estar toda la tarde.
Parece que, como padre, el intentar romper el rol en el que únicamente éramos proveedores y protectores de la familia y que se ha transmitido durante miles de años es tan fácil como hacer un curso de CCC online llamado “Padre de hoy” y, de la noche a la mañana, millones de hombres que no han crecido con un rol de padre como el actual, van a aprender a romper todas esas barreras sin necesitar adaptación alguna.
He hecho más de una y de dos entrevistas a padres en este humilde rincón de internet y una de las preguntas es “¿Qué rol tenía tu padre?” y el 100%, no 1, 2 o 3, el 100% de todos los padres entrevistados me han dicho que veían poco a sus padres, que se dedicaban a currar y que no tiene nada que ver a lo que ellos están intentando transmitir a sus hijos.
Y hablamos de padres nacidos bien entrados en los 80, no de antes del hombre llegando a la Luna.
Tan meritoria es la adaptación al medio de las madres que han tenido (como debe de ser) que lanzarse al mercado laboral, siendo antes, en su mayoría, amas de casa, como el padre que, además de estar trabajando, esta presente en el día a día de su hijo.
No hemos tenido una figura paterna en la que apoyarnos en este campo, vamos a pelo.
Y, rincones como este Substack, intentan ser esa “Asociación de Padres” que reclama la susodicha entrevistada, en el que compartimos, ahora sí sin miedo a ser juzgados, nuestros miedos y emociones sobre paternidad.
Espero que tú, Nico, puedas decir algún día que estas tratando a tu hijo como lo hizo tu padre contigo porque es lo que viste en casa, y tú, Aurora, que no encuentres nada menos que ese estándar.
Os quiero hijos.
PD lo de opinar de paternidad o maternidad sin ser padre o madre lo dejamos para otro día.
Me gustaría que a todas esas mujeres que te comentaron tuviesen una pareja varón que dejase el rol tradicional de padre, el de proveedor y protector con la excusa de que conoce perfectamente su nuevo rol en esta nueva paternidad moderna. A ver cuánto aguantaban este coñazo de nuevas madres que se creen mejores madres que el resto de padres.