¿Quién es Antoño?
Soy Antoño. Un hombre guiado por la libertad y la búsqueda de sentido (qué pesa más depende del pie con que me levante ese día). Me interesan la epistemología, la teoría política, la mitología y el ser buena persona. Estoy en la treintena y llevo más de una década dedicado al marketing online y a crear negocios por internet.
Hace 5 meses nació mi primera hija, Alma, y por eso me has invitado a contarte mis impresiones sobre la paternidad en este espacio. Como es pequeñita, mi experiencia es limitada, pero trataré de aportar lo que pueda.
Quiero dar un aviso a navegantes: No soy ni busco ser polemista, pero mis opiniones suelen ser polémicas. Es probable que no te guste lo que leas. Pero, si te gusta, puedes encontrarme en X (@antoniogobe), en https://joseo20.com y en mi web personal https://antoniogobe.com
Cuando te conviertes en Papá ya no hay marcha atrás – Sobre identidades y cambios personales.
Soy un ferviente defensor de que las personas cambian, quizás podemos modular ciertos comportamientos por un tiempo para engañar a alguien, pero no podemos pretender ser otra persona hasta el infinito y, ser padre, es para siempre. ¿Cómo describirías a tu yo pre-paternidad y al actual?
Como dije, soy un hombre guiado por la búsqueda de la libertad y del sentido.
También he sido una persona bastante trabajadora, de echarle muchas horas a las cosas, pero, al mismo tiempo, distraído, pudiendo dejar el trabajo durante días para dedicarme a otra cosa. Digamos que me gusta el trabajo y por eso trabajo bastante, pero no es en sí mismo algo que valore por encima de otras cosas (por tanto, si me surge algo que me gusta más, pues no me duele dejar de lado el trabajo).
Y, en este sentido, el cambio que más he notado es que ahora trabajo menos y me dedico más a la niña. Lo cual tampoco es un gran drama, porque, como trabajo desde casa desde siempre y no tengo un jefe, pues no tengo complicaciones ni gente ante la que responder.
Por lo demás, aún no he cambiado demasiado. Sigo siendo responsable pero payaso, sigo diciendo más tacos de los deseables y sigo haciendo chistes negros en momentos inoportunos.
Un hijo es una bomba que lo cambia todo a tu alrededor, tanto relaciones personales, laborales o dentro de tu propia casa. ¿De qué manera la paternidad ha afectado o afectó a tu relación con tu pareja, familia o amigos?
A la relación con mis amigos: Ahora les veo un poco menos y durante menos ratos. Pero en mi caso no es un gran cambio porque vivía lejos de ellos desde hace 7 años, así que, en vez de verlos dos veces al mes, los veo una vez. Por suerte, los hombres tenemos un tipo de amistad que resiste bien las desapariciones temporales.
A la relación con la familia: Ahora les veo un poco más y durante más rato. Como digo, llevo viviendo lejos unos años, así que visitaba poco a la familia y, cuando lo hacía, también debía repartir más el tiempo con los amigos. Ahora voy más veces a ver a la familia y, además, paso más tiempo con ellos, porque siento que tiene importancia que compartan tiempo con la niña.
A la relación con mi mujer: No ha cambiado gran cosa. Puesto que ambos teletrabajábamos y ahora seguimos estando los dos en casa, pues todo lo que ha cambiado es que las rutinas son un tanto diferentes para amoldarnos a las necesidades de la bebé, pero poco más. Follamos menos, dormimos peor, nos agradecemos más lo que hacemos el uno por el otro y sentimos más a menudo que nuestra relación es algo especial. Lo de todas las parejas de padres primerizos, supongo.
Hay muchos estudios que indican que el padre también sufre cambios hormonales, tanto en el embarazo como una vez que nace su hijo. ¿Crees que la paternidad ha afectado o afectó tu salud mental o emocional de una manera que no habías previsto?
Durante el primer mes, sí. La privación de sueño es una putada. Te hace estar más irritable, más torpe, más incapaz de pensar con normalidad… Pero es el primer mes. Una vez superado eso, todo vuelve a su cauce normal, tanto porque la niña da menos por culo por la noche como porque te organizas mejor con tu pareja.
Sin duda el papel del hombre dentro de la crianza ha dado un cambio radical en las últimas dos décadas, y nosotros como hijos y ahora como padres podemos dar fe de ello. ¿Qué crees que ha cambiado, para bien o para mal, en el rol de padre actual respecto a la época de los nuestros?
Creo que antes el padre estaba menos en casa y menos pendiente de los chiquillos, y eso dotaba a esa figura de una autoridad que la madre, por simple
habituación, no tenía. En mi casa, si me portaba mal, mi madre me decía “cuando venga tu padre te vas a enterar” y me acojonaba. No porque me fuera a hacer nada, sino porque era una figura que inspiraba respeto.
Creo que esto se ha perdido un poco ahora. En mi caso, desde luego, porque teletrabajo y estoy tanto con la niña como la madre. Pero también en otros casos. Ahora los padres están más implicados, y eso reduce su autoridad porque ya no son tanto “lo desconocido de la casa”. Supongo que también contribuye a ello este tipo de entrevistas, donde quienes tradicionalmente habían ocultado sus sentimientos los muestran, es decir, donde lo desconocido se desvela.
Esto tiene ventajas y desventajas, como podré desarrollar más adelante.
Lo demás, que cambiemos más o menos pañales o demos más o menos biberones, me parece secundario.
Dicen que todo sueño u objetivo requiere de un sacrificio, y que abrazarlo y escogerlo bien es lo que realmente marca la diferencia entre los que lo consiguen alcanzar y los que no. ¿Qué sacrificios estás dispuesto a hacer o has sacrificado ya para convertirte en el tipo de padre que deseas ser?
Ahora mismo no se me ocurre ninguno. Siempre he querido ser padre y tener una familia feliz como si de un anuncio de cigarrillos de los años 50 se tratase.
Llevo trabajando para ello desde antes de conocer a mi mujer y voy a seguir haciéndolo hasta que sea una realidad. Es decir, creo que no tengo que hacer ningún sacrificio porque ya estaba haciendo ayer lo que tengo que hacer hoy y tendré que hacer mañana.
Por otro lado, el padre que deseo ser es un buen padre, y un buen padre es un buen hombre (educar, proveer, proteger, ser calmado, asertivo…), y nunca he querido ser un mal hombre, así que sigo con los mismos planes que hace 10 años, sin que nada de ello me parezca un sacrificio “por ser padre”.
Nunca se cría a un hijo solo – Sobre conflictos en la educación de un niño.
Normalmente los hombres compartimos poco nuestras emociones, en eso nos llevan siglos de ventaja las mujeres, ¿Compartes tus dudas y miedos sobre la crianza de tus hijos con otros padres? ¿Crees que debería haber más padres que compartieran más sobre la crianza desde el punto de vista del padre?
No suelo. En alguna ocasión sí lo he hecho, pero no es lo habitual. Tampoco tengo muchos otros padres a mi alrededor actualmente.
Respecto a la segunda pregunta, sí, me parece importante, porque, actualmente, cuando tenemos un problema o una duda y buscamos información, la información que recibimos siempre es de la mano de otra madre. Y hombres y mujeres somos diferentes y nos preocupan cosas distintas. También en la educación de los hijos. Carecer del punto de vista de los padres oculta de la discusión sobre la educación ciertos valores, posiciones, ideas, cautelas y miedos…
Las amistades van a conformar gran parte del carácter, aficiones y personalidad de nuestros hijos. Para contrarrestar esto, ha ganado mucha fuerza la figura del “Padre Colega”, que intenta que los hijos sepan que pueden contar con su padre ante cualquier problema, duda o necesidad de apoyo, como si fuera uno más de la pandilla, ¿Estás de acuerdo con ese rol? ¿Cómo podemos navegar entre ser una figura en la que tu hijo pueda confiar y contarte todo sin perder autoridad o respeto?
No, no estoy de acuerdo en ser un padre colega. Y no quiero serlo. Yo he sido muy feliz ocultando cosas a mis padres, haciendo cosas prohibidas a sus espaldas y sintiéndome más poderoso, listo y audaz que ellos. No quiero arrebatarle eso a mis hijos.
Si nada está oculto, nada tiene atractivo.
No. No quiero que mis hijos me cuenten todo como si fuera un colega. No quiero ser “uno más de la pandilla” porque no lo soy. Y porque es un coñazo, además. No quiero volver a los dramas adolescentes. No quiero que mi hija me cuente que ha probado los porros, que se ha liado con su crush o que se ha peleado con no sé quién. Me da igual. Quiero que acuda a mí si la policía le detiene, si se ha quedado preñada o si le acosan unos moros.
No quiero ser “uno más de la pandilla” porque, si lo soy, cuando pase algo realmente grave, lo mismo dará acudir a mí que a otro de la pandilla. Y eso no puede ser. Mis hijos deben saber que, cuando pasa algo realmente grave, deben acudir a mí.
Deben saber que existe el bien y existe el mal, que uno puede actuar con virtud o con mezquindad, con rectitud o con deshonestidad, que uno puede ser responsable o irresponsable. Y deben saber que su padre aprueba unas cosas y no otras, y que hacer las que no aprueba conduce a la decepción, al enfado, a la tristeza.
Ellos deben saber eso y a pesar de ello hacerlo. Y, casi por definición, tendrán que hacerlo de tapadillo.
Así debe ser.
Y, cuando, en una de esas, las consecuencias de sus actos sean inmanejables o insoportables para ellos, deben saber que, a pesar de todo, pueden acudir a su padre para encontrar una solución o, al menos, consuelo o perdón. Que tendrán que pasar la vergüenza, el dolor o la tristeza de que se descubra que han actuado mal, pero que pueden acudir. Porque el padre es un refugio cuando la tormenta arrecia.
Es ahí donde está el amor de un padre. Y es ahí donde están las enseñanzas de un hijo.
No existe una sola manera de educar a un hijo, cada uno tenemos la nuestra y, a no ser que vivas una situación monoparental, tienen que convivir, como poco, dos estilos educativos a la misma vez. ¿Cómo negocias con tu pareja cuando existen conflictos en ciertos aspectos de la educación de tus hijos?
En general, tengo la suerte de que solemos estar bastante de acuerdo en todo.
Cuando hay disenso, ambos insistimos un poco para tirar para nuestro lado. Si uno de los dos da su brazo a torcer con facilidad, es que no le importaba demasiado, así que concede (sabiendo que, en otra ocasión, concederá el otro –y por la misma razón).
Cuando ninguno dé su brazo a torcer, estaremos en una situación más complicada. Pero no te puedo decir, porque aún no hemos tenido un conflicto de ese tipo (la niña es aún demasiado pequeña como para hacer aparecer estos disensos).
En gran parte, somos lo que vimos, ¿Cómo fue la relación con tu propio padre (o quien hiciera de ese rol) y cómo ha influido eso en tu forma de ser como padre?
Una relación bastante normal. Él trabajaba bastante (no era raro que yo me levantara cuando él ya se había ido a trabajar y que no lo viera hasta que llegaba a casa hasta las 22:30), pero teníamos bastante tiempo de calidad en los días festivos. Jugábamos al fútbol, al pimpón, venía a mis partidos de fútbol, arreglábamos las cosas escacharradas de casa… Una relación normal.
Desde luego, no fue un padre colega, lo cual es de agradecer, porque, así, cuando hoy hablamos de tú a tú como iguales, yo tengo la impresión de haber crecido. Si siempre hubiésemos tenido una relación de tú a tú como iguales, ¿tendría hoy esa sensación?
En muchas ocasiones, los hombres y las mujeres parecemos de especies distintas y nuestra visión de muchos aspectos se deja llevar por diferencias animales arraigadas tras miles de años de evolución y roles marcados. ¿Crees que hay algo que aporta un padre a la crianza de un hijo que no puede aportarlo una mujer? Si es así, dime qué.
Creo que hay muchas diferencias entre hombres y mujeres, y que, por tanto, también hay muchas diferencias entre padres y madres y en sus formas de educar a una criatura. Y, por supuesto, que también es distinta la forma de educar a un niño y a una niña (porque, de nuevo, hombres y mujeres somos diferentes).
Esta pregunta daría para diez mil líneas. Y muchas de ellas serían lugares comunes (que no por serlo serían menos ciertos). Yo voy a limitarme a hablar de una diferencia que acaba resultando transversal a todo lo demás: La diferencia forma de percibir el peligro.
Las madres son mucho más conscientes y sensibles ante el peligro inminente. El hombre es mucho más consciente y sensible al peligro potencial. Y, al mismo tiempo, las mujeres miden más el peligro en función de la probabilidad de que el suceso adverso suceda, mientras que los hombres lo medimos mucho más en función de las potenciales consecuencias del suceso adverso.
Poniendo un ejemplo: Mi mujer se preocupará de que la niña se caiga y se dé un mal golpe si anda haciendo el tonto dando brincos por la casa, mientras que a mí me preocupará más que un pitbull se le enganche mientras paseamos por la calle (porque hay varios por donde vivimos, no es un ejemplo random).
El primer caso es mucho más probable. De hecho, es muy probable que lo que a mí me preocupa jamás pase. Pero las consecuencias de que ocurra lo segundo son infinitamente más graves que las consecuencias de que ocurre lo primero. Por eso llevo un cuchillo.
Y esto se extiende a todo.
Antes de ser Papá fuiste persona – Opiniones sobre NO padres.
Vivimos en tiempos donde opinar es gratis y con la paternidad no iba a ser menos. Hay mucho “Padre de libro” que da lecciones de cómo se debe criar a un hijo sin haberlo tenido nunca. ¿Qué aspectos de la crianza te han sorprendido más en términos de lo que esperabas vs. la realidad y cómo ha evolucionado tu idea sobre lo que es ser padre con el tiempo?
Creo que, en general, todo va bastante parejo a como esperaba. La mayor diferencia es que pensaba que la bebé tendría una relación muchísimo más fuerte con la madre desde el principio y que yo sería un extra que pulula por allí.
La realidad es que, cuando la bebé era muy pequeña, no rendía cuentas a nadie.
Era un bicho muy egoísta. Exigía mucho y no daba nada a cambio. Ni una sonrisita, ni nada. Le montaba su madre un bañito bien currado y la niña se ponía a llorar.
Y, cuando ha ido creciendo, no he notado que la relación con la madre sea exageradamente distinta a la que tiene conmigo. Obviamente, es su madre y, a veces, la única forma de que se calme es acercándola a la teta, pero pensé que habría un salto entre uno y otro más notable.
Supongo que esto se ve influenciado por el hecho de que trabajo desde casa y estoy todo el día con ella, también. O quizá, simplemente, es una cuestión de expectativas (porque tenía muy aceptado y naturalizado que la preferencia por la madre era muchísimo mayor que por el padre).
Se tienen pocos hijos, no lo digo yo, sino el INE. Las causas son variadas, sin duda la económica parece una, pero también hay una tendencia de personas que no quieren cambiar su modo de vida y que un hijo les “estropee” los planes. ¿Qué opinión tienes de las personas que deciden, por convicción propia, que no quieren tener hijos?
Que son zombies.
La postura de no traer hijos a este mundo es respetable. De hecho, quizás es hasta más respetable la de alguien que los haya traído y se haya dado cuenta de que la crianza no es para él. ¿Te has arrepentido en alguna ocasión de haber sido padre? ¿Crees que un botón de “volver a mi vida anterior” sería muy pulsado si existiera la posibilidad?
Yo niego tu afirmación inicial. No creo que no tener hijos sea una postura respetable. No, al menos, para el 99% de los casos.
Por otro lado, no, no me arrepiento. Y, sí, seguro que hay quien sí se arrepiente, pero creo que son los menos. Ese botón se pulsaría mucho si fuera “volver a tu vida anterior durante 1 semana”. Pero si fuera permanente, ni de coña.
Se ha escrito muchísimo sobre el techo de cristal y cómo, sobre todo en mujeres, el tener hijos es la primera causa para no alcanzar ciertas cotas profesionales. ¿Qué ventajas, desde el punto de vista profesional, crees que tienen los hombres que no tienen hijos respecto a los que sí?
Ni idea. Que pueden trabajar más horas, supongo.
Se supone que, si no existe ningún problema biológico, cualquier ser humano tiene la posibilidad de ser padre. ¿Crees que cualquiera puede ser padre?
Sí.
Y, de la mano de la pregunta anterior, ¿Crees que cualquiera debe tener el derecho a ser padre?
Sí.
La educación de un hijo en un mundo de distracciones - Sobre cultura y educación.
¿Cómo complementas la educación académica que reciben tus hijos y en qué campos crees que se debería incidir más en colegios e institutos?
Es muy pequeña, así que aún no estamos en esas. Pero yo parto de la base de que la educación estatal (y esto incluye tanto pública como privada) es una puta mierda, así que, si mis hijos van al colegio, tengo claro que parte de mi educación en casa deberá consistir no solo en enseñarles más cosas, sino en ayudarles a desaprender mucho de lo que aprendan en el cole.
Tener un hijo también cambia muchos pensamientos que creíamos tener grabados en piedra, desde que eres Padre, ¿Te has vuelto más conservador o arriesgado? Quizás prefieres mantener un trabajo que te de seguridad o, al revés, emprender algo nuevo para darle la mejor vida posible a tu hijo. O quizás tenías una manera de ver la vida muy progresista y te has convertido en una persona más conservadora.
No he notado mucho cambio.
Hay ciertas circunstancias que hemos vivido todos y que nuestros hijos también van a vivir, como la relación con el dinero. ¿Cómo viviste como hijo la relación con el dinero en tu familia? ¿Cómo lo haces o piensas hacerlo con tu hijo?
Fue una relación prácticamente inexistente. El dinero era un tema medio tabú y no había un gran interés por la formación en temas financieros. Tenía una paga, se me insistía en el valor del ahorro, veía en el ejemplo de mis padres la capacidad de trabajo, sacrificio, ahorro, etc (que no es poco), pero no había una cultura financiera o de empresa.
Es algo por lo que yo me he interesado y que creo que podré hacer mejor con mis hijos. Tanto en la comprensión de la economía a nivel global, como en materia financiera, como en materia de emprendimiento.
Enseñarles por qué el dinero no debe quedarse en la hucha, que pueden ser dueños de Disney, que pueden negociar el pago por hacer tal o cual ayuda en casa, que montar un negocio es una opción viable, que si tienen un hobby traten de monetizarlo, que ellos mismos son un “bien” en el mercado y que, en ese sentido, se les valorará por la utilidad que tengan…
Hay quien delega la educación de su hijo por completo a un tercero y quien decide que solo él sea su fuente de educación académica, cultural y en valores, pero, mientras vivas en una sociedad, el estado tiene mucho que decir al respecto, ¿Qué tanto por ciento de responsabilidad crees que tiene el estado respecto a la educación de tu hijo?
Una cosa es la responsabilidad que creo que TIENE el Estado respecto a la educación de mis hijos, que creo que es demasiada. Otra cosa es la responsabilidad que creo que DEBERÍA TENER el Estado respecto a la educación de mis hijos, que creo que es nula.
En esa tensión tenemos que jugar. El Estado intentará convertir a mis hijos en buenos siervos y yo deberé pelear por convertirlos en hombres y mujeres libres.
Internet lo tiene todo. Todo lo bueno que representa fuentes de información e inspiración casi infinitas y todo lo malo de peligros, distracciones y estafas. ¿Cómo gestionas o vas a gestionar la presencia de tu hijo en Internet?
No permitimos que se comparta su imagen en redes sociales. Según crezca y quiera tener sus propias redes, pues habrá que ver cómo lo hacemos. De momento, no es un problema.
Dime tres libros que crees que todo adolescente debería leer.
Los que le encuentren a él mientras pasea por la biblioteca familiar, que debería ser un lugar sagrado.
Dime una película o serie, por lo menos, donde exista una relación entre padre e hijo que te emocione especialmente y dime por qué.
La vida es bella, En busca de la felicidad y Los Soprano, cada una en lo suyo.
El cuidarte a ti mismo es también cuidar de tu hijo – Sobre salud y hábitos.
Cuando nace el primer hijo, hay quien deja de fumar, quien comienza a hacer deporte o a comer mejor, ¿Has cambiado algún hábito de salud desde que eres padre? Si es así, dime cuál o cuáles.
Dejé de fumar.
Poco tiempo, estrés, descansar lo justo, ¿Qué impacto físico ha tenido o tuvo la paternidad en ti?
Duermo menos.
¿Crees que, como padres, le podemos exigir a nuestros hijos que no adquieran ciertos malos hábitos que no son más que consecuencia de verlos repetirse en sus padres?
Hombre, por poder, puedes, pero la mejor forma de educar es el ejemplo, claro.
¿Qué vamos a dejar aquí? – Sobre legado y valores.
Los hijos crecen observando cada paso que damos, incluso cuando no somos conscientes de ello. Si tus hijos te preguntaran dentro de 20 años: “Papá, ¿Cómo te gustaría que te recordáramos?”, ¿Qué les responderías y qué estás haciendo hoy para asegurarte de que ese recuerdo sea una realidad?
Me gustaría que me recordaran como un referente, esto es, no sólo como un hombre que fue bueno con ellos, sino que fue bueno con el mundo. No como una figura a la que estar agradecido, sino como una figura a la que emular. Y hacer hago lo único que se puede hacer: Amar, trabajar y estudiar.
Como buenos monos, aprendemos por imitación y la modelización de comportamientos es una herramienta que la psicología y la pedagogía usan para acelerar esos aprendizajes, pero para eso, necesitamos ponernos frente al espejo de alguien ¿Qué referentes, conocidos o no, actuales o no, tienes sobre paternidad masculina?
Ninguno.
Trabajamos duro en intentar pasarles a nuestros hijos ciertos valores y creencias que creemos que son eternos, pero, al igual que muchas de esas creencias y valores que nos pasaron nuestros padres o abuelos ya no funcionan en el mundo actual, ¿Cuáles de tus valores y creencias actuales creen que seguirán manteniéndose cuando ya no estés y cuáles no?
Creo que cuando no esté se seguirá buscando el bien, se seguirá admirando la belleza y se seguirá deseando justicia. Lo que creo que será diferente es qué se considere bueno, bello o justo. Mientras tanto, mi trabajo es tratar de dilucidar si en el interior de esas palabras habita algo eterno e inmutable y, en caso de que así sea, transmitírselo a mis hijos.
Nos han invadido los extraterrestres, como humano, te han obligado a alistarte a las Fuerzas Terráqueas de Respuesta AntiAlien.
Después de meses de combate, tu compañía ha conseguido encontrar una debilidad estructural en la nave nodriza y el consejo militar ha descubierto que, con una pequeña carga de explosivos, puede detonarse el puesto de control, abatir la nave y destruir al resto de naves invasoras.
Gracias a tu gran capacidad para el manejo de explosivos, ya que tu cuerpo es una bomba, te han escogido para que seas el humano que va a cargarse a toda la flota alienígena.
¿La mala noticia? La carga explosiva debe detonarse in situ, ya que las ondas de radio no penetran el casco de la nave, lo que significa que tú te destruirás junto a la nave.
Aceptas, pero con una condición, desde el centro de control pides 1 minuto para poder hablar por última vez con tus hijos.
¿Qué lección o consejo le dejarías como legado en ese minuto?
Que todo mal que hacen a otro hombre se lo hacen a sí mismos y a toda la humanidad, y que todo bien que hacen a otro hombre se lo hacen a sí mismos y a toda la humanidad.
Entrevistemos a otros Papás
¿Hay algún Papá que te gustaría que entrevistara?
A @tomrenr.
Aprovecho para decirte que esta niusleta me parece una iniciativa maravillosa.
Ya me he suscrito y animo a que más gente lo haga, participe y cree más cosas parecidas.
Quiero aprovechar el final de la entrevista para agradecer públicamente a Antoño el ser uno de los primeros que dio el paso de aceptar la entrevista (ya tengo cerradas bastantes más) y también pedirte recomendaciones de Papás que podrían ser interesantes entrevistar para conocer esa faceta que pocas veces compartimos los hombres.
Déjamelo en los comentarios.
También, si me lees y no estás suscrito, te invito a hacerlo, es gratis y tu hijo estaría orgulloso de ello.
Encantao de haber participado!